viernes, 11 de noviembre de 2011

LA PRÁCTICA DEPORTIVA EN LA PRISIÓN

Los primeros estudios que analizan el papel del deporte en la reeducación de
conductas antisociales, de personas presas en centros penitenciarios, aparecen en la segunda mitad del siglo XX, en Europa y en Estados Unidos.
En España, el interés por este asunto, surgirá más tarde, consecuencia lógica de la aprobación –y paulatina implantación- de la Ley General Penitenciaria de 1979, en la que el deporte y la actividad física quedan contemplados como una actividad de tratamiento más, dirigida a la reeducación de la población reclusa.


La cultura humana tiene múltiples y diversos aspectos. Uno de ellos es
la práctica deportiva. Esta deviene particular tanto en cada sociedad
específica como en sus practicantes dentro de la misma sociedad. El
deporte como parte de la cultura humana así puede ser visto como un
reflejo del funcionamiento social y el reflejo de las vivencias y
convivencias de las personas que participan del funcionamiento social.
La actividad físico-deportiva –actividad social “total” en palabras ya
clásicas de Norbert Elias- refleja las problemáticas y los valores
específicos del momento histórico en el cual se enmarca. Así pues esta
afirmación es completamente vigente en el espacio institucional de un
centro penitenciario como la prisión de hombres de Barcelona, la
popular cárcel Modelo.

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